jueves, 19 de junio de 2008

Desarrollo:

La violencia hacia los niños, más conocido como maltrato infantil, es un fenómeno médico-social conocido como síndrome del niño maltratado (SNM).

Desde la teoría del apego, el maltrato infantil es un fenómeno que afecta a las relaciones que mantienen un menor maltratado con sus cuidadores, y que se caracteriza por cuidados inadecuados para el desarrollo normal de las personas. Tiene que ver en muchos de los casos, con relaciones de apego de tipo evitativo, que sería un indicador de un cierto tipo de rechazo que los niños experimentan a estas edades hacia y desde sus padres.
Existe una gran dificultad en cuanto al establecimiento de los factores causantes del maltrato infantil, ya que no se ha podido establecer funciones de causa-efecto, más bien, en las investigaciones que se han hecho, se han encontrado correlaciones positivas entre los distintos factores. Por ejemplo, López (1995), meciona que el maltrato tiende a provocar problemas de comportamiento, dificultades en las relaciones sociales e interpersonales y bajo rendimiento escolar. Este último a la vez, podría gatillar nuevamente maltrato por parte de los padres, ya que estos, normalmente tienen espectativas irrealistas de sus hijos, al mismo tiempo de ser inflexibles con ellos. Todo este maltrato, al mismo tiempo de provocar deficiencias académicas, sumado a secuelas físicas, emocionales, coloca al niño maltratado en una situación en la que es difícil encontrar motivaciones para estudiar, estar concentrado, gozar de estabilidad emocional, hacer planes y ser pacaz de cumplirlos. Asimismo, las deficiencias en estos niños, provocan una menor aceptación por parte de los padres y es más probable que se provoquen situaciones estresantes por éste y otros motivos o se potencien otras que puedan existir, incrementandose la probabilidad del maltrato infantil (López, año desconocido). No es que todo lo anterior se una redundancia gramatical, pero sí una redundancia conductual, que podría llamarsele círculo vicioso negativo.



Así como se puede ver que el maltrato infantil, no se explica sólo en función del ambiente sociocultural, de las característiacas de los padres y de las situciones estresantes concretas que lo desencadenan, sino también como una función de las características del propio menor (Palacios, año desconocido).




Si bien es un fenómeno que en los últimos tiempos se ha dado a conocer de manera considerable, ya que los medios de comunicación han ayudado en ello, no es una cuestión sólo de la actualidad contemporánea, sino es una constante histórica que, en mayor o menor medida se ha ido presentando en los tiempos, de formas diversas; incluso si comenzáramos a analizar ciertas culturas, nos daríamos cuenta que han existido formas de creencias en las cuales se sacrificaban niños como objeto de agrado a los dioses. De esta manera, el niño no era mirado como tal; el concepto que se tenía de ellos era totalmente radical al de hoy en día: ellos eran “un adulto en miniatura”. Al respecto, no tenían los mismo cuidados que hoy se les pueden dar, no tenían derechos que pudieran protegerlos y resguardar su integridad física y psicológica, siendo “personitas” vulnerables frente a una sociedad exigente.

Actualmente, el fenómeno sigue vigente. Si bien se han reconocido los derechos de los niños, proclamados por la Asamblea General en su resolución 1386 (XIV), de 20 de noviembre de 1959, y confirmado en la Convención Sobre los Derechos del Niño de 1989 (UNICEF, 2006), se han mejorado las condiciones y leyes que resguardan, nos encontramos en una terrible problemática que no ha querido abandonar las vidas de los infantes. Como señala Francia R. (2003) “Solo en Latino América y el Caribe hay 185 millones de personas menores de 18 años, de ellos el 50 % son niños y adolescentes. Cerca de 6 millones de niños y niñas adolescentes sufren agresiones físicas severas, y 80000 mueren al año”. Además el fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reveló en el año 2003 que más de 3.500 menores de 15 años mueren cada año en los países más industrializados a causa de maltratos físicos.
En los maltratos se pueden encontrar diversas maneras:

• Maltrato Físico
• Abandono Físico
• Maltrato Emocional
• Abandono Emocional
• Síndrome Münchhausen por poderes
• Maltrato Institucional

En todos estos casos se tienen indicadores que se manifiestan para dar cuenta de la condición física, emocional y psicológica de los niños:

• Señales físicas repetidas (morados, magulladuras, quemaduras...)
• Niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.
• Cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)
• Cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente
• Conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes
• Relaciones hostiles y distantes
• Actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...)
• Conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su edad
• Conducta de masturbación en público
• Niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el colegio, patio o alrededores)
• Tiene pocos amigos en la escuela
• Muestra poco interés y motivación por las tareas escolares
• Después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio, etc.)
• Presenta dolores frecuentes sin causa aparente
• Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito)
• Falta a clase de forma reiterada sin justificación
• Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual
• Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños hurtos, etc.
• Intento de suicidio y sintomatología depresiva
• Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad)
• Relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente
• Falta de cuidados médicos básicos



Diagrama resumen de los factores de riesgo del Maltrato Infantil (presione en el diagrama para ampliar)







Más información aquí

Si quiere conocer la actual situación de los niños en Chile a de acuerdo a criterios económicos, sociales, parentales, etc., dirigace a UNICEF, Chile.




Análisis de datos obtenidos de la UNICEF en Chile:



De acuerdo a los datos que se han encontrado en UNICEF Chile, existe una disminución en la agresión hacia los niños en el año 2006 en contraste con el año 1994 en cuanto a la violencia “física grave” y “física leve”, habiendo un importante aumento en la “violencia psicológica” con un 14,5% en 1994 y un 21,4% en el año 2006, al igual que en la categoría “no hay violencia” con un 22,5% en 1994 y un 24,7% en el 2006.




Refiriéndonos a todos estos hallazgos, se podría suponer que tal disminución en la agresión física, podría darse por cuestiones de normas, valores sociales y también las leyes creadas en favor de su protección, que van modelando la manera de actuar dentro del núcleo familiar (que muchas de las veces se puede ver desde afuera) pero al mismo tiempo cambiando la manera del maltrato físico, por uno mas sutil como es el psicológico, el cual manifestó un aumento sustancial con respecto a años anteriores.
Con respecto a la diferencia de agresión recibida por padre o madre, los datos muestran que los primeros muestran la tendencia de una agresión más psicológica que física, con un porcentaje de 16,3% en 1994 y un 22% en el 2006, siendo las madres en predominar en la utilización de la agresión "física grave" y "física leve", con un porcentaje en la primera de 28,3% en 1994 y un 21,2% en el 2006, mostrando una disminución para nada despreciable. Se podría suponer que las madres muestran una tendencia de mayor agresividad física hacia los niños, por cuestiones que quizás tienen que ver con la poca obediencia por parte de los hijos, lo que las llevaría a utilizar la fuerza para poder presionar a los hijos de manera cohersiva a desarrollar ciertas tareas, aunque no se deben descartar también otros factores como podrían ser el consumo de drogas, tensiones familiares, problemas mentales y las mismas espectativas que éstos se hagan para sus hijos. En la misma línea, quizás los padres no necesitan agredir físicamente a los niños para determinadas tareas por mostrarse como figuras de “respeto” o mejor dicho de miedo, en donde solo serían necesarias palabras, aunque con contenido violento, para presionar a los menores a cumplir sus tareas. En relación con lo anterior una hoja informativa de la UNICEF (2006), señala que dentro de las actitudes, costumbres y practicas, el castigo corporal como método de disciplina para desarrollar tareas son una de las practicas más utilizadas por los padres.




Todo lo que señalamos anteriormente es solo una pequeña parte de un gran campo de factores que inciden en la agresión a los hijos y que determinan una mayor o menor tendencia a la agresión física o psicológica, lo cual nos hace tener presente el importante rol que cumple el contexto para hablar sobre uno u otro factor.
Como intento de avanzar en esta problemática, el 27 de noviembre de 2007, la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución de los derechos de los niños que incluye un enfoque en la eliminación de la violencia contra los niños. En la resolución se pide al sistema de las Naciones Unidas y a otros asociados asegurar el seguimiento y la difusión de la ONU de estudios que reflejen las recomendaciones de los estudios. La resolución también pidió al Secretario General que nombrara por medio de un periodo de tres años a un Representante Especial sobre la violencia contra los niños. Se espera de éste que actué como el perfil independiente y promotor mundial para promover la prevención y la eliminación de todas las formas de violencia contra los niños en todas las regiones, al mismo tiempo de que se evite una duplicación de esfuerzos.

Para leer el texto aprobado por la resolución haga clic aquí.






Posibles soluciones:


Diagrama resumen de los factores protectores del Maltrato Infantil (presione en el diagrama para ampliar)



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